En ocasiones un cambio brusco de dirección en tu vida, hace que te detengas
en tu caminar y no sepas donde mirar exactamente. ¿Mirar hacia delante, o mirar
hacia atrás? Ciertamente es diferente, pero los ojos son los mismos. Pero los miedos
y las alegrías no. Por eso en este momento creo que voy a mirar hacia detrás.
Mientras escucho a David Bowie (la canción Héroes), recuerdo la multitud de
sensaciones con las que la distancia nubla mis pensamientos, mis ojos y el
latido de mi corazón. Creo que voy a hacer
un ejercicio sincero y valiente, o mejor dicho un ejercicio contenido
pero valiente, donde prefiero no mirar muy lejos porque quizás y solo quizás
mis pensamientos se nublarían y no podría escribir con la claridad que lo puedo
hacer ahora.
Creo que esta primera carta la voy a dirigir hacia un conjunto de
personas que sois capaces, lo he dicho
muchas veces, de hacer magia. No ha hecho falta que viva tres meses en un bosque meditando ,para que reconozca el
gran trabajo, la profesionalidad y la continua alegría, que ponen todas y cada
una de las profesionales que trabajan en APANAH.
Posiblemente David Bowie no lea nunca esta carta pero, creo que si hubiese
compartido un solo día con todas vosotras, hubiera podido hacer infinidad de canciones.
(David te invito que las visites un día la ASOCIACIÓN APANAH,
y seguro que la magia del ambiente te envuelve. Y seguro que no puedes resistir
hacer una canción, o dos, sobre la magia y los sonidos que viven en APANAH).
David, entender y oír una letra de una canción, escuchar y sentir una
melodía, es parte de la magia, que
gracias a las grandes profesionales de APANAH son capaces de hacer. Hay
personas que se emocionan escuchando tu música, entienden tus letras, e incluso
se enamoran oyendo y compartiendo tu música.
¿Hacen magia o no? ¿Se merecen que alguien les haga una canción o no?
Pues ya sabes ven a, APANAH, David, solo un día.
Quizás y solo quizás, muchas de las personas que entran y salen de APANAH,
no valoran el trabajo diario, que hasta donde la vista me alcanza, he ido
viendo, día a día, siempre con la mejor de la sonrisas de todas y cada una de
vosotras. Creo que ya que no puedo componer una canción (ya me gustaría) solo
puedo daros las más sinceras gracias, por el día a día, que pese a todo lo que
os rodea lo intentáis hacer especial y creo que hablo en nombre propio y en
nombre de la mayoría de padres y madres.
Dicen que una vez que se sale de la zona de confort todo es diferente, tu
mente se abre a nuevas cosas, y pienso que en parte tienen razón. He empezado
la carta escuchando a Bowie y la termino escuchando a Muse en concreto la
canción Mercy, que para el que no lo conozca, es recomendable (gracias por la
recomendación), adrenalina en estado puro.
Aprovechando el juego de palabras de la canción Mercy a merci (en Francés),
gracias por todo lo que hacéis, por el buen rollo que tenéis, por la magia que
hacéis con los niños. Solo una cosa más, que nadie tenga miedo de salir de su
zona de confort, que persiga sus sueños y seguro que llega a alcanzarlos.
Rafa. (Continuará).